lunes, 28 de diciembre de 2009

Capitulo 11

Confrontación

Habían pasado tres días desde la fiesta, y reanudamos nuestra vida normal como después de cada celebración. Después de tener mis clases normales, me tocaban idiomas, cuando era ya caída la tarde y Marius se había despertado al igual que Lestat, decidí salir a bailar con ellos, decidí ir a La Rosa, un bar de temática oscura, sin embargo humano en su totalidad.
Esa noche usaba un vestido corto y ajustado al cuerpo color negro y botas negras bucaneras. Como siempre, una cinta adornaba mi cuello tapando las marcas de mordeduras de mi garganta, mi cabello estaba recogido irregularmente dejando apreciar el escote de la parte posterior del vestido, bastante pronunciado y apenas unidos por pequeños hilillos negros. Con solo ver la cara de Marius al verme llegar al rellano de la escalera supe que estaba, como al el le gustaba decir, impactante.
Nos dirigimos hacia el bar en el auto negro con ventanas tintadas, a excepción de Lestat que iba en su Harley Davidson. Había estado lloviendo durante toda la tarde, los árboles resplandecían bajo la luz de los faroles con las pequeñas gotitas de lluvia, dándole a todo una sensación de cuento de hadas.
Fuera del bar había una larga fila de personas esperando, y un gorila que evitara que pasaran, nos bajamos del auto y ni bien la puerta se cerró marchó de la misma manera silenciosa en la que había venido. El bar en realidad era un edificio antiguo remodelado para darle un aspecto más gótico, sim embargo podía pasar como cualquier otra vivienda si no fuera por las luces y la música que se escuchaba desde las puertas arrimadas, y claro esta, las personas haciendo cola.
El gorila nos dejó pasar facilmente y entramos en el bar, tanto las luces como la música se amplificaron considerablemete al cruzar el humbral de la puerta, sin embargo era mucho más tranquilo que una disco, se podía hablar a través de la música y las luces no te dejaban desorientado, a pesar de que no había demasiadas, no era para nada un hambiente tétrico sino un ambiente bastante elegante, con una gran araña de cristal y bronce en el techo y las paredes de un color rojo profundo. Las mesas tenian todos manteles negros, con caminos de mesa color dorado oscuro y las sillas estilo Luis XV eran de un rico color caoba tapizadas en un terciopelo del mismo color dorado que el camino de mesa. Las copas y los vasos eran de cristal negro y rojo, manteniendo el lugar con un estilo minimalista. Las mesas eran iluminadas por pequeños candelabros de cristal que se semejaba mucho a la araña que dominaba el techo del lugar. Una de las esquinas de salón era dominada por una barra bastante típica que se unía al lugar al estar hecha de una madera color caoba. La pared detrás de ella estaba llena de estanterías que mantenían los licores a plena vista y fáciles de encontrar. En el centro del salón había una pequeña pista de baile, en donde unas cuantas parejas danzaban al son de la música, muchas otras estaban sentadas simplemente tomando algo.
Había pasado un rato y yo estaba en la pista bailando con Marius cuando alguien me agarro bruscamente del brazo, estimándome, al girarme note que era Michael, aunque no fue fácil reconocerlo, sus ropas estaban un poco desordenadas y el en si mismo estaba desprolijo, con barba de varios días y su pelo, siempre impecable, lucía completamente revuelto, como que si no se hubiera peinado durante varios días.
- Súeltame M
- ¿Porque debería? Tienes que pagar por lo que me has hecho.
- ¡Yo no te hice nada!
- ¿Romper mi corazón significa nada para ti?¿Usarme y después tirarme tampoco?
- Basta Michael, me estás lastimando, soltame.
Por suerte fue interrumpida por Marius y Lestat, quienes simplemente lo miraron y fue suficiente para que se tranquilizara. Lestat lo escolto de manera tranquila hacia afuera.
- Le borré la memoria así que a partir de ahora no va a reconocerte, si lo vuelves a ver no des señales de reconocimiento, ¿entendido?
-Si.
Y con esa conversación terminada nos fuimos a casa, no volví a ver a Michael y Marius no toco mas el tema.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Encuesta de la autora

esto va a la gente que llee la historia, me gustaria saber que les parece, si no es mucha molestia, las opiniones y criticas constructivas son bienvenidas

sábado, 28 de noviembre de 2009

Capítulo 10

La Playa Roja

El espectáculo que se mostraba en la playa era aterrador, emocionante, una fusión de sentimientos contrarios.
Era una playa de arena blanca, con carpas blancas que protegían del leve rocío. Mozos descalsos y vestidos de blanco servían bebidas, mostrando que ellos no eran la cena. Por todas partes había arreglos florales que mezclaban tulipanes rojos y blancos, que iban muy bien con el estilo veraniego de la fiesta. había varias mesas, todas redondas, salvo las que tenían comida, y bebida, vestidas de blanco con camino de mesa rojo, y las sillas, también vestidas de blanco, con cintas rojas que le daban forma.
Diseminados alrededor de la playa se encontraban varios grupos de gente compuestos por vampiros (vestidos de blanco) humanos (vestidos de rojo) la variedad de estilos era impresionante, cada uno correspondiendo a sus costumbres, al país en l que vivieron, a su edad, etc. Mientras las figuras blancas se iban mezclando entre sí, las rojas se mantenían en sus pequeños grupos, lanzándose sobre sus "amos" en cuanto estos se les acercaban para darles cariño, o eso era lo que se interpretaba al menos.
Luego de salud a un grupo de vampiros nos sentamos en nuestra mesa y la cena comenzó. Se sucedieron varios shows, generalmente distintos tipos de danza que correspondían a las nacionalidades de los vampiros presentes. Casi legando al final, un piano blanco fue puesto en el medio del escenario, y Sybell subió. Letat tomó mi mano y me llevó con el, junto al piano había un violín, también blanco. Cantamos varias canciones, o mejor dicho canté, y todos quedaron como ipnotizados por nosotros. se puede decir que fuimos el broche de oro de la cena porque en ese momento comenzó la fiesta.
Al ver el intercambio de sangre entre vampiros y humanos la primera palabra que se viene a la mente es orgía, a pesar que el contenido sexual en sus actos era nulo, el ambiente se iba cargando cada vez más de energía sexual. En nuestro caso, lo único que realizaron fue el intercambio entre parejas, o hijos y padres; por lo tanto cuando Marius me besó traspasando un poco de su sangre me marcó como uno de ellos, y como la mas importante para el, ya que nuestra relación, marcada por el beso, era más profunda que la que tenía con los otros.
Decidimos retirarnos en ese momento, ya que nosotros no podíamos estar entre esos grupos, el resto de la noche les pertenecía a ellos y solo ellos, nosotros debíamos refugiarnos nuevamente en nuestras guaridas.

Cuando regresamos a la casa, fui directamente a mis aposentos, me desvestí y me metí dentro de la cama. A los pocos minutos sentí el cuerpo de Marius, sus manos y su boca besándome antes de tomar mi sangre, acunándome para que me durmiera. En esos momentos pasaron por mi mente las palabras soft, dark, and dreamless, far beneath my darkness and lonliness. Porque eso era lo que Marius era, algo más allá de lo que yo jamás había imaginado, y la distancia entre nosotros era tal que mi corazón muchas veces dejaba de latir por la pesades de esa realización.

domingo, 11 de octubre de 2009

Capítulo 9

Roto

Negativo.
Esa palabra daba vueltas por mi mente una y otra vez, como era posible?¿ Que hacer cunado todas las certezas se derrumban y todo parece distinto? ¿Que hacer con una vida que no existe y que sin embargo debería de existir, debería de estar ahí?
Me miré al espejo, no había nada ahí, pero ¿porque lo sentía tan real?
A pesar de que al principio esto me entristeció, reconocí que seria mucho mejor que ese niño no existiera, pero ¿porque si me estaba diciendo esto mis ojos estaban derramando lágrimas de forma incontratable? ¿Porque no podía parar de llorar? Contrólate me dije a mi misma, no podía dejar que Marius me viera así, que nadie me viera así. Decidí que debería dejarlo en el pasado y seguir adelante.

Una hora mas tarde, me encontraba bajando las escaleras con un vestido suelto blanco con pequeños breteles, tenía mi cabello suelto formando bucles y solo una pequeña mariposa de cristales sostenía un costado de mi cabello, mi maquillaje era nulo, y llevaba unos zapatos sin tacón. Mis uñas estaban pintadas de un color perlado, y mi única pieza de joyería eran mis aros, también de cristal. Para el que me conociera se puede decir que creería que estaba disfrazada.
Marius estaba en el final de la escalera, con un traje de lino blanco, y camisa blanca que estaba levemente desprendida, solo un poco para atraer pero no lo suficiente como para parecer vulgar, su cabello estaba recogido en una coleta baja, dejando que algunos mechones cayeran para acariciar su cara. Era impactante verlo, tan hermoso, y tan inmortal, cualquier ser humano sabría que este no lo era. No llevaba anteojos, lo cual era bastante raro, ya que generalmente los usaba para que sus ojos no llamaran la atención.
Sentados en el sillón se encontraban Lestat(pantalones blancos ajustados, camisa blanca con chivot, pelo suelto y anteojos claros), Benji, Armad, Sybelle y Jesse, todos se encontraban vestidos de manera similar, rajes blancos o vestidos blancos. Arman se había cortado el pelo corto, mienras que Sybelle lo tenía recogido, al igual que Jesse. La razón para esto era una fiesta de blanco, en la playa, razón por la que ninguno llevaba tacones.
En este tipo de fiesta, se bailaba y tomaba, pero cada vampiro tenía un donante humano, estos iban vestidos de rojo, como su sangre. Cuando el alba se acercaba, la fiesta se convertía en una especie de orgía de sangre, dejando a varios humanos desmayados y un poco anémicos, sin recordar porqué estaban desmayados.

Subimos la auto, una limosina blanca para la ocasión y nos dirigimos hacia la fiesta. El hecho de que yo estuviera vestida de blanco quería decir que no era considerada una donante sino uno de ellos, mi vida no correría peligro por esa noche.


viernes, 21 de agosto de 2009

Capítulo 8

Tulipanes Rojos

Habían pasado varias semanas y las cosas se habían estabilizado, todo estaba perfecto, y parecía que el amor estaba en el aire, el 14 de Febrero se acercaba y se comenzaron a hacer los arreglos para la fiesta. Como muchos de los arreglos se tenían que hacer de día yo estaba encargada de ellos, por lo tanto seria una fiesta, muy ostentosa y muy roja...
Lo primero que tuve que hacer fue revisar la lista de invitados para ver el tema de la comida, después de todo si la mayoría eran inmortales que no comían...
Por supuesto que mis amigos estaban invitados, además de algunos otros mortales compañeros de ciertos vampiros, así que la torta no debía ser muy grande, pero si roja, y con forma de corazón.

Luego de varios días preparando las cosas la casa había quedado completa mente decorada, del techo colgaban globos rojos con forma de corazón y cintas, la escalera tenia una pasarela de terciopelo rojo. Algunas paredes también estaban cubiertas con terciopelo rojo, y los manteles eran negros con caminos de mesa rojos al igual que las sillas, el centro de mesa eran rosas rojas, como dije todo era muy rojo, pero le daba un clima muy de San Valentín, aunque pueda parecer exagerado, el salón era tan grande que todo era muy sutil.

Tenía puesto un vestido de terciopelo rojo, con mi cabello recogido, zapatos rojos, una cinta de terciopelo rojo sobre mi cuello, aros de rubí y el anillo de Marius.
Por supuesto que Marius me estaba esperando vestido todo de negro salvo por un saco de terciopelo rojo y una cinta del mismo color que sostenía su cabello, dejando caer algunos mechones hacia su cara, me esperaba al final de la escalera con un ramo de tulipanes rojos envueltos en papel negro, su regalo para mi.
La puerta principal se abrió y mientras yo terminaba de bajar las escaleras Michael y mis amigos entraron, en ese preciso momento Marius me abrazó y me beso muy tiernamente y a la vez apasionadamente en la boca, sabia que lo hacía para marcar su territorio, sin embargo ese beso hizo que los pelos en mi cuello se erizaran y que un escalofrío de placer cruzara mi columna, Te Amo...
- Yo también cherri...
Puede ver la cara de Michael tornarse verde, y abandonó la fiesta poco después. A pesar de eso la fiesta en si fue todo un éxito, y fui capaz de entregarle a Marius mi regalo.

Me levante a la mañana siguiente para ir a vomitar, lo cual era extremadamente raro porque no había comido de mas ni había tomado nada, tuve que vomitar varias veces mas en el día así que supuse que estaba enferma, sin embargo no tenia ningún otro síntoma. Cuando Marius se levanto yo estaba tirada en mi cama media muerta por todos los viajes al baño, por supuesto que se preocupó mucho por mi, e intento darme de su sangre, pero la volvía a vomitar, pero estos últimos días había pasado por mucho extress y supuse que era eso...

Las semanas pasaron rápidamente y a pesa de que mis nauceas habían cedido un poco no habían menguado del todo. Lo peor de mis situación era que desde la fiesta había ganado un poco de peso, y mis vestidos ya no encajaban como debían, además estaba durmiendo mucho, algo bastante extraño en mi.
Sybelle llegó una noche para pasar un tiempo con nosotros, me notó muy cansada y un poco desgastada, al ser ella mi mejor amiga decidí contarle lo que me mantenía en ese estado.
- Debemos ir al medico, voy a ver si puedo sacar un turno. - su tono no era de preocupación sino de frío calculo.
-Sy, estoy segura que no es tan grave...
- Cielo, estoy segura que estas embarazada, y eso puede no ser grave, pero se puede complicar.

Embarazada
esa era la palabra que se formaba en mi mente una y otra vez y que no ceso hasta que el proceso terminó. Muchas cosas adquirían sentido ahora, y a pesar de que ese niño podía complicar muchas cosas, ya lo amaba, y se que suena como cliche, o lo que sea, pero me sentía así, cada vez que tocaba esa pequeña barriga que se estaba formando, y a pesar de que era muy pequeño, podía sentirlo palpitar en mi interior.

Pasó una semana hasta enterarme del resultado, aunque estaba segura de cual iba a ser el resultado, cuando este llegó me invadieron los nervios, pero nunca pensé que me iban amostrar eso.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Aviso II

bueno quería decir nomas que creo que voy a subir los capítulos los fines de semana, con mas probabilidad... y que si leen la historia o algo que comenten, si les gusta o... algo...
si pueden comenten!!
besos
AnSwang

sábado, 20 de junio de 2009

Capítulo 7

Debut, despedida

No volví a dormir sola en la noche, Marius dedicaba todo mi tiempo nocturno despierta a estar conmigo. Fue uno de los meses mas entretenidos de mi vida.
Una noche que salimos con Lestat, Marius, Michelle, Daniel, Sybelle, Benji y Armand a un bar de karaoke, en realidad era un bar vampirico, La Hija de Dracula, que había renacido de sus cenizas, esto significaba que había personas que se creían vampiros, extremadamente maquillados, y personas sin maquillar cercanas a algún vampiro como yo, además de algún que otro vampiro verdadero. Nos sentamos en una mesa un poco alejada y se nos acercó el dueño que reconocí como el vampiro mas viejo que quedaba, y quien había transformado a las reinas de los vampiros, Keyman (no estoy segura que se escriba así), charló con nosotros un rato y luego se retiró, al hacerlo pude observar con detalle el bar. Era un bar en si era una habitación espaciosa con sillones muy cómodos estilo victoriano y grandes arañas de cristal, las lámparas tenían pantalla roja, lo que le daba al lugar una luz rojiza. Algunas paredes eran negras y otras rojas, pero las negras estaban adornadas con pequeños puntos plateados simulando estrellas y las rojas tenían intrincados diseños en un tono mas oscuro y mas brillante que el de base, lo que daba un efecto muy elegante y acogedor. El piso era de mármol negro, y las mesas eran de madera negra. Sin embargo el lugar no era para nada terrorífico, sino muy cálido, o tal vez ella se sentía así.
Eran las dos de la mañana y la noche de Karaoke comenzó.
- ¿Quieres intentarlo? - Me preguntó Lestat - Hace tantos años que no estoy arriba de un escenario...
- Vamos - acepté.
La canción elegida era una que yo me sabía de memoria, era una de las que cantaba Lestat cuando era estrella de rock, lo que comúnmente era un solo, esa noche se convirtió en un duo.

Cantamos varias canciones ya que la gente nos lo seguía pidiendo, cuando finalmente bajamos, regresamos a nuestra mesa y fuimos felicitados por nuestra familia.
Se nos acercó un hombre vestido extraño ya que tenía traje y corbata.
- Disculpen - interrumpió - Mi nombre es German Sinclair, soy representante musical, y me parece que lo he reconocido, - esta vez se dirigía a Lestat - Ud es Lestat de Lincourt ¿verdad? el vocalista de la banda Lestat el Vampiro...
- Así es - respondió el - ¿Se le ofrece algo?
- En realidad si, me preguntaba si quisiera volver al escenario, pero esta vez en forma de duo con la agradable señorita que tiene a su lado...

Un mes después estaba en mi habitación vistiéndome para salir a ver el concierto de Sybelle, a lo cual todos mis amigos estaba invitados. Marius estaba en Europa así que no iba a poder venir, por lo que mi guarda espaldas seria Armand.
En cuanto a la propuesta de German Sinclair la respuesta fue un rotundo no con borrado de memoria gratis, la ultima vez que lestat se subió a un escenario no había tenido buenas repercusiones, y además no queríamos llamar la atención hacia nosotros mas de lo necesario.

En el piso de abajo estaba siendo esperada por mi escolta, Armand, que vestía exquisitamente, como siempre. Tenia unos pantalones negros ajustados, una camisa negra, zapatos negros, y un saco de terciopelo azul. Su cabello estaba largo levemente ondulado, cayendo sobre su rostro de ángel dándole un aspecto juvenil, y sin embargo, algo había en su mirada que mantenía alejada a las personas. Estaba sentado en uno de los sillones, y mis amigos estaban parados en el borde mas alejado del sillón, casi pegados a la pared, daba un poco de gracia verlos. Todos estaban vestidos de negro, vastante bien, ya que esta era una gala de fiesta, y se pedía etiqueta.
Yo tenia puesto un vestido de seda violeta oscuro que se pegaba a mi cuerpo pero que era vastante conservador, mi pelo estaba recogido dejado bucles caer por toda mi cabeza. En mi cuello había una cinta de terciopelo negra y zapatos de tacón alto negros. En mi dedo anular lucia un hermoso anillo de oro blanco con una hermosa gema violeta circundada por pequeños diamantes, este era solo uno de los anillos que Marius me había dado, pero era mi favorito.
Mientras bajaba la escalera, Armand se puso de pie y me fue a esperar al borde de la misma, como un caballero haría.
- Christine - Su voz era amigable como siempre - Encantado de verte nuevamente.
- Lo mismo digo cielo. - Mi trato hacia Armand era distinto que hacia otros porque eramos casi hermanos, y siempre me había gustado.
- Supongo que esas personas son tus amigos - dijo señalando hacia la pared donde todos lucían una cara horrorizada ya que Armand me había besado la mano y ahora la tenia sobre su mano.
- Así es. Lo lamento corazón, es que ellos no entienden - esto lo dije en un susurro
- Lo se, no te preocupes - esbozando una sonrisa se presento hacia mis amigos sin abandonar mi lado, y sin dejar que Michael se acercara a mi, que luego de varios intentos de robarme se dio por vencido. Nunca juegues con un vampiro que puede leer tus pensamientos.

Llegamos al legar un tiempo después. Era un comedor estilo victoriano muy hermoso, inspirado en el palacio de Versace por la gran cantidad de espejos y arañas de vidrio que colgaban de la pared, estaba completamente decorado en tonos dorados y bordo. Con mesas redondas y alguna que otra pared acolchada te daba la sensación de volver varios siglos atrás. En la pared opuesta a la entrada había un pequeño escenario con un piano de cola blanco al medio. Supuse que ese era el lugar donde Sybelle iba a tocar.
Arman nos guió hacia una de las mesas mas cercanas al escenario, donde ya no estaba esperando Benji, que vestía de negro y dorado, incluso tenia una corbata dorada, digna de la persona mas cercana a la concertista. Me saludó muy cálidamente, y luego les dio un saludo tímido a los demás, típico de los 10 años que aparentaba.
Minutos depues de que nos sentaramos las luces se atenuaron y el escenario brilló, apareciendo al aldo del piano una hermosa joven, tan eterea y fragil que parecia que si se la tocaba desaparecería en humo. Sybelle estaba vestida de blanco, con un vestido flojo que resaltaba sus rasgos frágiles. Más de una persona en la habitación la habrá querido para sí, pensando que era de cristal, pero esas personas no sabían que ella les podía romper el cuello con el mismo esfuerzo con el que rompían un palillo de madera.
Saludó a la multitud y luego se sentó en el piano. Sus dedos comenzaron a moverse y a ejecutar sin vacilaciones la Apassionata de Beethoveen, yo había crecido con esa melodía, escuchándola día a día antes de irme a dormir.
Cuando termino todos la aplaudieron de pie, pero ella siguió tocando otras canciones, sin hacerle caso a la multitud. Ella era así cuando tocaba solo ella y el piano existían.
Un poco después, imposible decir cuando se le unió el sonido de un violín, y así salio a escena Lestat, que esta noche vestía totalmente denegro, para resaltar la fragilidad de Sybelle. De a poco se fue haciendo un juego, la Luz y la Oscuridad jugando para engañar a cada una de las personas que se encontraban presentes esa noche.
El concierto terminó y fuimos a saludar a Sybelle. Armand le dio un ramo de tulipanes rojos, amor eterno, y luego nos despedimos para volver a casa.
El ultimo anillo que Marius me había dado era un rubí con forma de tulipán, en otras palabras, un tulipán rojo.