Habían pasado tres días desde la fiesta, y reanudamos nuestra vida normal como después de cada celebración. Después de tener mis clases normales, me tocaban idiomas, cuando era ya caída la tarde y Marius se había despertado al igual que Lestat, decidí salir a bailar con ellos, decidí ir a La Rosa, un bar de temática oscura, sin embargo humano en su totalidad.
Esa noche usaba un vestido corto y ajustado al cuerpo color negro y botas negras bucaneras. Como siempre, una cinta adornaba mi cuello tapando las marcas de mordeduras de mi garganta, mi cabello estaba recogido irregularmente dejando apreciar el escote de la parte posterior del vestido, bastante pronunciado y apenas unidos por pequeños hilillos negros. Con solo ver la cara de Marius al verme llegar al rellano de la escalera supe que estaba, como al el le gustaba decir, impactante.
Nos dirigimos hacia el bar en el auto negro con ventanas tintadas, a excepción de Lestat que iba en su Harley Davidson. Había estado lloviendo durante toda la tarde, los árboles resplandecían bajo la luz de los faroles con las pequeñas gotitas de lluvia, dándole a todo una sensación de cuento de hadas.
Fuera del bar había una larga fila de personas esperando, y un gorila que evitara que pasaran, nos bajamos del auto y ni bien la puerta se cerró marchó de la misma manera silenciosa en la que había venido. El bar en realidad era un edificio antiguo remodelado para darle un aspecto más gótico, sim embargo podía pasar como cualquier otra vivienda si no fuera por las luces y la música que se escuchaba desde las puertas arrimadas, y claro esta, las personas haciendo cola.
El gorila nos dejó pasar facilmente y entramos en el bar, tanto las luces como la música se amplificaron considerablemete al cruzar el humbral de la puerta, sin embargo era mucho más tranquilo que una disco, se podía hablar a través de la música y las luces no te dejaban desorientado, a pesar de que no había demasiadas, no era para nada un hambiente tétrico sino un ambiente bastante elegante, con una gran araña de cristal y bronce en el techo y las paredes de un color rojo profundo. Las mesas tenian todos manteles negros, con caminos de mesa color dorado oscuro y las sillas estilo Luis XV eran de un rico color caoba tapizadas en un terciopelo del mismo color dorado que el camino de mesa. Las copas y los vasos eran de cristal negro y rojo, manteniendo el lugar con un estilo minimalista. Las mesas eran iluminadas por pequeños candelabros de cristal que se semejaba mucho a la araña que dominaba el techo del lugar. Una de las esquinas de salón era dominada por una barra bastante típica que se unía al lugar al estar hecha de una madera color caoba. La pared detrás de ella estaba llena de estanterías que mantenían los licores a plena vista y fáciles de encontrar. En el centro del salón había una pequeña pista de baile, en donde unas cuantas parejas danzaban al son de la música, muchas otras estaban sentadas simplemente tomando algo.
Había pasado un rato y yo estaba en la pista bailando con Marius cuando alguien me agarro bruscamente del brazo, estimándome, al girarme note que era Michael, aunque no fue fácil reconocerlo, sus ropas estaban un poco desordenadas y el en si mismo estaba desprolijo, con barba de varios días y su pelo, siempre impecable, lucía completamente revuelto, como que si no se hubiera peinado durante varios días.
- Súeltame M
- ¿Porque debería? Tienes que pagar por lo que me has hecho.
- ¡Yo no te hice nada!
- ¿Romper mi corazón significa nada para ti?¿Usarme y después tirarme tampoco?
- Basta Michael, me estás lastimando, soltame.
Por suerte fue interrumpida por Marius y Lestat, quienes simplemente lo miraron y fue suficiente para que se tranquilizara. Lestat lo escolto de manera tranquila hacia afuera.
- Le borré la memoria así que a partir de ahora no va a reconocerte, si lo vuelves a ver no des señales de reconocimiento, ¿entendido?
-Si.
Y con esa conversación terminada nos fuimos a casa, no volví a ver a Michael y Marius no toco mas el tema.
Nos dirigimos hacia el bar en el auto negro con ventanas tintadas, a excepción de Lestat que iba en su Harley Davidson. Había estado lloviendo durante toda la tarde, los árboles resplandecían bajo la luz de los faroles con las pequeñas gotitas de lluvia, dándole a todo una sensación de cuento de hadas.
Fuera del bar había una larga fila de personas esperando, y un gorila que evitara que pasaran, nos bajamos del auto y ni bien la puerta se cerró marchó de la misma manera silenciosa en la que había venido. El bar en realidad era un edificio antiguo remodelado para darle un aspecto más gótico, sim embargo podía pasar como cualquier otra vivienda si no fuera por las luces y la música que se escuchaba desde las puertas arrimadas, y claro esta, las personas haciendo cola.
El gorila nos dejó pasar facilmente y entramos en el bar, tanto las luces como la música se amplificaron considerablemete al cruzar el humbral de la puerta, sin embargo era mucho más tranquilo que una disco, se podía hablar a través de la música y las luces no te dejaban desorientado, a pesar de que no había demasiadas, no era para nada un hambiente tétrico sino un ambiente bastante elegante, con una gran araña de cristal y bronce en el techo y las paredes de un color rojo profundo. Las mesas tenian todos manteles negros, con caminos de mesa color dorado oscuro y las sillas estilo Luis XV eran de un rico color caoba tapizadas en un terciopelo del mismo color dorado que el camino de mesa. Las copas y los vasos eran de cristal negro y rojo, manteniendo el lugar con un estilo minimalista. Las mesas eran iluminadas por pequeños candelabros de cristal que se semejaba mucho a la araña que dominaba el techo del lugar. Una de las esquinas de salón era dominada por una barra bastante típica que se unía al lugar al estar hecha de una madera color caoba. La pared detrás de ella estaba llena de estanterías que mantenían los licores a plena vista y fáciles de encontrar. En el centro del salón había una pequeña pista de baile, en donde unas cuantas parejas danzaban al son de la música, muchas otras estaban sentadas simplemente tomando algo.
Había pasado un rato y yo estaba en la pista bailando con Marius cuando alguien me agarro bruscamente del brazo, estimándome, al girarme note que era Michael, aunque no fue fácil reconocerlo, sus ropas estaban un poco desordenadas y el en si mismo estaba desprolijo, con barba de varios días y su pelo, siempre impecable, lucía completamente revuelto, como que si no se hubiera peinado durante varios días.
- Súeltame M
- ¿Porque debería? Tienes que pagar por lo que me has hecho.
- ¡Yo no te hice nada!
- ¿Romper mi corazón significa nada para ti?¿Usarme y después tirarme tampoco?
- Basta Michael, me estás lastimando, soltame.
Por suerte fue interrumpida por Marius y Lestat, quienes simplemente lo miraron y fue suficiente para que se tranquilizara. Lestat lo escolto de manera tranquila hacia afuera.
- Le borré la memoria así que a partir de ahora no va a reconocerte, si lo vuelves a ver no des señales de reconocimiento, ¿entendido?
-Si.
Y con esa conversación terminada nos fuimos a casa, no volví a ver a Michael y Marius no toco mas el tema.